Friday, October 13, 2006

Los Fantasmas

Por pura curiosidad ¿qué dice la Biblia acerca de fantasmas?
Por Edgar Medina D.

Por siglos el hombre ha persibido que existe un mundo sobrenatural, así lo demuestra cada cultura. Los fantasmas son una muestra manifiesta de ese mundo que nos rodea. Pero, ¿se tratará en realidad de personas que han muerto y han dejado cosas pendientes por resolverse en el mundo de los vivos? ¿Es posible comunicarse con ellos? ¿Qué hacer ante un interés creciente por el mundo de los espíritus? ¿Cómo tomar una «lectura correcta» de una experiencia paranormal?

La opinión de la ciencia.
La ciencia parte del conocimiento previamente adquirido, y al encontrarse ante algo que no tiene antecedentes y tampoco es posible estudiarlo bajo el método científico lo define como «inexplicable», el escéptico Josh Mcdowell alguna vez dijo: «usando el método científico no pudiéramos demostrar que usted estuvo ayer en donde verdaderamente estuvo.» El método científico no nos ayudará en este caso pues no estamos hablando de sucesos repetibles y observables [sino solo sus evidencias].

La opinión de los estudiosos de los fenómenos paranormales.
Por otro lado la gran mayoría de los investigadores parten también de un punto de vista erróneo. Ellos obtienen evidencias a través de videos, cintas, fotografías, etc., pero a lo sumo presentarán una «exposición» del hecho, y no una «explicación». ¿Cómo llegar a una conclusión correcta?

La opinión de la Biblia.
La respuesta es que hay que partir de un punto de vista correcto. La Biblia señala lo siguiente «Si alguien enseña lo que no esta de acuerdo con las enseñanzas de nuestro Señor Jesucristo…es un orgulloso que no sabe nada[1]» ¡Este es el punto de partida correcto!: las enseñas de Jesús de Nazareth.

En cierta ocasión Jesús expulsó muchos demonios de un hombre desquiciado, éstos le pidieron permiso para entrar en unos cerdos, lo cual Jesús les permitió hacer[2].Tan pronto muere una persona en la que ha habitado un espíritu maligno, este espíritu se ve en la necesidad de trasladar su morada. En particular, esto es cierto si se trata de una muerte violenta, como es el caso de la muerte por homicidio o suicidio. Estos espíritus adoptarán el nombre y las características del difunto y harán apariciones ocasionales bajo estas pretensiones. Tales entidades son espíritus malignos que con frecuencia se presentan como «fantasmas amigables.»

Esto explica que los médium que contactan a los «muertos» en realidad hablan con espíritus que se comportan como el difunto. Estos demonios están muy bien familiarizados con la persona difunta cuya identidad han tomado, ya que la han acompañado posiblemente durante toda su vida, por los menos como testigos oculares de cada uno de sus actos, esto con el fin de influenciar a esa persona y pueden engañarnos fácilmente al revelar detalles que aparentemente nadie más que el difunto sabía.

Los fantasmas son espíritus procedentes del dominio satánico y ninguno de ellos debe considerarse inofensivo, así se manifieste como un ser amigable y juguetón.Para los demonios su máximo deleite es confundir y engañar. Jesús contó en otra ocasión de un hombre sumamente pobre que vivía a las afueras de la casa de uno muy rico. Un día sucedió que ambos murieron, el que había sido pobre fue llevado a un lugar placentero, mientras que quien había sido rico fue llevado a un lugar de tormento. Al llegar a este lugar y sentir la aflicción se preocupó por sus familiares vivos y quiso prevenirles de

ese terrible lugar y tormento a fin de que no acabaran en la misma situación en la que él se encontraba.

Hasta aquí parece la crónica de una futura «alma en pena arrastrando cadenas», alguien que fue y vino del más allá con un mensaje a los vivos o para concluir algo que no quedo terminado, o quizá que nunca se fue, lo que no es posible según la Biblia[3].La verdad es que nada de eso ocurrió, el relato contado de los labios mismos del Maestro de Galilea contiene la siguiente sentencia: «los que quisieren pasar de aquí a vosotros, no pueden, ni de allá pasar acá.[4]»

Imagina ahora lo delicioso que le resultaría a algún espíritu maligno hacer acto de aparición usurpando al finado hombre rico y hacer creer a los vivos que su pariente está «muy bien», que no hay nada que temer, que sigan como van. No sé que tantas dudas te despierte el tema del «más allá», pero la única pregunta importante que nos podemos formular al respecto, no es si existe o no, tampoco cómo es, o si es posible contactar a los que se han ido, sino: ¿a quién iré a acompañar al final de mi vida, al pobre o al rico de la historia anterior?

¿En verdad quieres comunicarte con los muertos?
Jesús terminó su relato con las siguientes palabras «Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos.» A los únicos muertos que Jesús quiere que escuchemos son Moisés, los profetas y los apóstoles, pero no a través de un médium sino a través de las páginas de la Biblia, ellos fueron los instrumentos que Dios utilizó para hacernos llegar el mensaje que nos librará del lugar de tormento y no sólo ello, sino el que también nos trasladará del reino de las tinieblas al de la luz admirable, del sobrevivir al vivir la vida abundante.

¿Tienes la seguridad de que pasarás la eternidad con Dios?, sólo hay dos posibles lugares: el cielo o el infierno, solo hay dos posibles respuestas: si o no.Atención con la advertencia de Jesús «Si no oyen a Moisés y a los profetas», con esto se refiere a que los familiares del intranquilo y recién llegado huésped del infierno tenían en sus manos la capacidad de salvarse o condenarse a través del mensaje que dejaron los antiguos en las páginas de la Biblia. Jesús concluyó diciendo: «tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos», esto se convirtió en una realidad en la propia vida de Jesús quien después de haber resucitado tres días después de su muerte y convivir con centenares de personas hubo quienes prefirieron no creer.

Es muy emocionante encontrarnos ante cosas inexplicables, ver lo que nadie ha visto o llegar hasta donde nunca nadie haya llegado. Cuando los discípulos de Jesús entendieron su mensaje supieron que no tenían porque intimidarse por estos demonios disfrazados de fantasmas, pues les dio la autoridad de someterlos y ahuyentarlos, de la misma manera que él lo hacía, pero también les advirtió: «Pero no os regocijéis de que los espíritus se os sujetan, sino regocijaos de que vuestros nombres están escritos en los cielos» [Lucas 10:20]. Con ello se refería a que lo verdaderamente excitante es el saber que pasaremos la eternidad con Él y que podemos desde ahora ser sus colaboradores rescatando a otros de las llamas del infierno.

¿Cómo saber si tu nombre ésta escrito en los cielos?
El siguiente pasaje lo ilustra a la perfección: Durante la crucifixión Jesús estuvo acompañado por un par de ladrones. Uno de ellos estaba tan cerca de Jesús como el otro pero su corazón evidenciaba que estaba perdido en su condición espiritual, ¡cuan cerca podemos estar del Salvador y perdernos! El quería salvarse y clamó e imploró a Jesús por salvación, pero finalmente se perdió, pues no se sujetó al plan de Dios. Para el otro ladrón el final de la historia es dramáticamente diferente éste escuchó de los propios labios del Señor «hoy estarás conmigo en el paraíso» [Lucas 23:43]. El encuentro de este malhechor con Jesús fue verdaderamente breve, pero suficiente para saber cuanto se necesita para evitar el infierno y garantizar la Gloria Eterna, y hay cinco cosas del ladrón que se salvó que son ciertas en toda persona que se salva, las cuales son las siguientes.-

Temía a Dios.
«¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación? [Lucas 23:40].
Muchos toman las cosas de Dios tan a la ligera sin darse cuenta que su vida pende de su relación con Él. ¿Has tenido a un recién nacido en tus brazos y experimentado el temor de que sin querer puedes hacerle daño? Si es así ya sabes como experimentar el temor de Dios.

Reconoció que era un pecador.
«Nosotros...justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos» [Lucas 23:41a].

Reconoció que Cristo no tenía pecado.
«mas éste ningún mal hizo» [Lucas 23:41b].

Confesó que Cristo era el Señor.
«Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino» [Lucas 23:42].

Creyó en la resurrección de Cristo.
La resurrección de Cristo es el parte-aguas de la historia, no es un hecho que podamos comprobar «científicamente» [pero sí históricamente], pero las vidas transformadas de millones que han creído son una evidencia contundente.

Finalmente le decisión es tuya, ¿qué decides?, te aconsejo hagas lo que hizo éste último ladrón. Él no podía hacer nada para salvarse. Si tener un historial de buenas obras superior al de malas fuera un requisito para obtener la salvación ya era demasiado tarde para él, pues no podía esforzarse siquiera. Sus pies y manos estaban clavadas a la cruz, pero no su lengua ni su corazón, entonces con su lengua confesó y con su corazón creyó. La Biblia dice «si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo» [Romanos 10:9].Este ladrón transfirió toda su confianza a las manos de Jesús. ¿Quieres hacer lo mismo?

La siguiente oración no es una fórmula mágica, es una guía que te ayudará a que experimentes la salvación que sólo Cristo ofrece. Te invito a que la hagas consciente de que Jesús el Salvador no solo vive, sino que, también te escucha, y anhela vivir en ti.

Jesús, creo que eres el Señor, y que Dios tu Padre te levantó de entre los muertos. Reconozco que soy un pecador y que nada puedo hacer para salvarme, te pido que perdones mis pecados y me hagas habitar en tu reino de luz admirable desde ahora para toda la eternidad. Amén.

Si has hecho esta oración con sinceridad la Biblia dice que has pasado de muerte a vida [Juan 5:24]. Comparte con otros la decisión que has tomado y busca un lugar dónde estudiar la Palabra de Dios.

NOTAS
[1] 1 Timoteo 6:3 Traducción Lenguaje Actual.
[2] «Así que él les dio permiso. Cuando los espíritus malignos salieron del hombre, entraron en los cerdos...» [Marcos 5:13 NVI]
[3] «…está establecido que los hombres mueran una sola vez, y luego el juicio.» [Hebreos 9:27 Biblia de Jerusalén]
[4] Lucas 16:26. Reina Valera 1960

Este mensaje está disponible en formato impreso para su venta.

No comments:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...