Una Vida de película
Por Edgar Medina D.
«La creación aguarda con ansiedad la revelación de los hijos de Dios»
Romanos 8:19 NVI
No me puedo considerar un apasionado del cine. Ni Yessi ni yo hemos sido muy afectos a llamado Séptimo Arte, al grado que tras un par de años de noviazgo y década y media de matrimonio hemos visitado las salas de cine menos de una docena de veces. Mi gran amigo de la juventud Max, quien es un vehemente cinéfilo, poco logró hacer para despertar en mí eso que lo ha llevado a convertirse en productor cinematográfico.
Sin embargo, hoy en día con dos hijos pequeños, estoy comenzado a experimentar un cambio al respecto, pues con mucha frecuencia engorda la colección de películas con temas infantiles en casa, y lo que jamás hice hoy lo hago; comienzo a buscar los estrenos y esperar por semanas su llegada a los anaqueles.
El apóstol Pablo le dejaba saber a los creyentes del primer siglo que la creación por completo espera con ansia —tal como mis hijos un estreno—, la revelación de los hijos de Dios.
Ni la película más anunciada y esperada compite con la expectativa que toda la creación tiene en tu aparición estelar, como hijo de Dios, en la gran película de la vida que el Creador dirige.
Lamento aún haber caminado tantos años ignorando el guión que Dios tenia escrito para mi vida, pero, me alegra enormemente que él no se cansara de esperar por mí y considerarme dentro del reparto de su gran obra; pues mayor aún fue su paciencia, dotándome de cada talento y cualidad que necesitaría para desempeñar el papel que me tocaría representar.
Descubrí también que el tiempo y lugar en el que me encontraba eran el escenario perfecto para el que Él me había equipado, ensayado y llamado. Que me dotó, de igual manera, de todo el vestuario que necesitaría; no olvidó ni el casco, ni la espada, ni el escudo, ni siquiera el calzado que me armaría para pelear por el mejor papel de mi vida.
Cómo me equivoqué en el pasado al evadir toda clase de dolor; a las escenas más dramáticas de mi vida las acompañé con la suave melodía de la evasión. Ignoré mis quejas y angustias hasta que un fuerte estruendo orquestado por el Creador irrumpió en escena y mi corazón fue quebrantado.
Hoy mi alma se ha puesto a tono con la sinfonía de la vida que dirige el maestro de maestros.
Finalmente comprendí que hay una fabulosa audiencia en el universo que espera —junto con toda la creación—, ver en mí a un héroe, a un guerrero y a un rey victorioso.
Un héroe fiel, hasta la muerte, a sus ideales. Un guerrero que con valentía y amor sea protector. Un rey, que siempre, sin importar las circunstancias, salga junto con todos los suyos vencedor. Esa audiencia esta formada por los seres más maravillosos y especiales sobre la tierra; mi esposa y mis dos pequeños.
REFLEXIÓN: La Creación aguarda con ansias que la película de mi vida dé muestra de que Dios, y sólo Dios, ha sido en mi historia el gran protagonista.
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