Tres secretos para vivir seguro
Por Edgar Medina D.
La inseguridad y la violencia, se han convertido en los invitados incómodos de muchas de nuestras conversaciones, lo que vivimos en nuestro país es lamentable, por decir lo menos.
El profeta Isaías presenta las características de quienes, en medio de tiempos turbulentos, exactamente como los que vivimos, son capaces de vivir seguros, protegidos por una fortaleza, más allá de lo racional.
Caminar en justicia
El primer paso rumbo a la fortaleza que nos mantendrá resguardados es dar pasos de justicia, pues el fruto de la justicia es la Paz. Si es precisamente la paz, hoy en día, algo lejano, no es más que la consecuencia de los altos grados de injusticia que prevalecen en nuestras comunidades. Preguntémonos: ¿La injusticia e inseguridad me han hecho más sensible al dolor de otros? O ¿me han hecho un maestro de la crítica? O peor aún ¿me justifico para actuar injustamente?
Hablar lo recto
Qué lamentable es lo mucho que retroalimentamos los temas relacionados con la inseguridad. Hemos dejado de lado el hablar vida, en vez de muerte. El hablar justicia, en vez de maldad. Pablo exhortaba a los cristianos de la ciudad de Éfeso a que no participaran en las obras infructuosas de las tinieblas, sino que más bien la reprendieran [Efesios 5:11]. Si decidimos tocar el tema, es mejor hacerlo para abonar en otros la esperanza y seguridad que Dios ofrece a los que en él confían.
Aborrecer Extorsión
Solemos pensar en la violencia o el estrés como algo muy nocivo por definición. June Hunt, en su artículo El Estrés, cómo evitar un colapso nervioso, abre nuestros ojos al dejarnos ver que hay cuatro distintos niveles de estrés. Uno de ellos, al cual llama «estrés luz verde», permite al individuo estar lo suficientemente alerta como para tomar decisiones correctas. De la misma manera, hay un nivel de violencia que requerimos para actuar con firmeza ante el embate que trae consigo la inseguridad que vivimos. Tres sinónimos de la palabra violencia son: Pasión, Fuerza e Ímpetu, mismas cualidades que requerimos para combatirla.
Rechazar el soborno
El soborno es uno de los talones de Aquiles de nuestra situación. La economía de nuestro país, como en muchos otros de América Latina, ha sucumbido ante este terrible mal, al grado que forma parte del engranaje comercial. Sin embargo, quien decide sacudir sus manos para no dar, ni recibir soborno está dando un gran paso hacia el lugar de la fortaleza.
Tapar ojos y oídos a la violencia
Los noticieros han abonado mucho para que el escenario haya tomado las dimensiones que hoy tiene. Escuchaba al comentarista mexicano Leo Zuckermann referirse al abuso, en que muchos de los noticieros han incurrido, por la difusión de notas violentas; pues, si bien es cierto que no cubren éstos exhaustivamente la información relacionada con la inseguridad en nuestro país, tampoco, la mayor parte de los sucesos que pudieran resultar noticiosos son violentos, pero es a éstos, precisamente, a los que más énfasis se les brinda. Dejemos de lado el doble discurso, al horrorizarnos por un lado y no perdiendo nota por el otro. Tapar nuestros ojos y oídos de la violencia no significa negarla, sino, quitarle el privilegio de ser nuestro enfoque principal.
Ya andado este camino rumbo al lugar seguro, dados los pasos en justicia, hablando lo recto, aborreciendo la extorsión, rechazando el soborno y tapando nuestros ojos y oídos de la terrible contaminación de la violencia, no nos resta más que entrar en la fortaleza y conocer los secretos ahí alojados:
No. 1» El Secreto de la luz
Desde pequeños la luz nos hace sentir protegidos. David experimentaba esa misma sensación al exponer su vida, pensamientos y temores a la luz que Dios representa, así lo expresaba: «Dios mío, tú eres mi luz y mi salvación; ¿de quién voy a tener miedo? Tú eres quien protege mi vida; ¡nadie me infunde temor!» [Salmos 27.1 TLA].
El lograba esa plenitud simplemente al estar enfocado en Dios [la luz] y no en sus problemas [las tinieblas]. La Escritura dice: «La lámpara del cuerpo es el ojo; así que, si tu ojo es bueno, todo tu cuerpo estará lleno de luz; pero si tu ojo es maligno, todo tu cuerpo estará en tinieblas…» [Mateo 6:22-23 RVR].
No. 2» El secreto del gozo
El segundo secreto tiene que ver con la reacción de nuestro corazón al estar en Dios [la luz] enfocados. Pues es cierto que muchos claman a Dios en momentos de dificultad y tinieblas, pero se necesita de un corazón verdaderamente confiado para acudir a él en medio de la inseguridad y la violencia para alabarle, adorarle y gozarse. La relación entre el gozo y vivir en la fortaleza es íntimamente estrecha.
No. 3» El secreto del poder
Finalmente, el tercer secreto, al que tienen acceso quienes han andado el camino hacia la imbatible fortaleza, es el de experimentar el poder de Dios, salvándolos, refugiándolos y usándolos como herramientas de cambio en sus hogares, iglesias, comunidades y aún en naciones enteras. Serán llamados a conquistar la tierra.
«Oíd, los que estáis lejos, lo que he hecho; y vosotros los que estáis cerca, conoced mi poder. El que camina en justicia y habla lo recto; el que aborrece la ganancia de violencias, el que sacude sus manos para no recibir cohecho, el que tapa sus oídos para no oír propuestas sanguinarias; el que cierra sus ojos para no ver cosa mala; éste habitará en las alturas; fortaleza de rocas será su lugar de refugio; se le dará su pan, y sus aguas serán seguras. Tus ojos verán al Rey en su hermosura; verán la tierra que está lejos.» [Isaías 33:13,15-17 RVR]
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