La pereza, un enemigo en casa
Por Edgar Medina D.
«El indolente ni aun asará lo que ha cazado; Pero haber precioso del hombre es la diligencia»
Proverbios 12:27
El profeta Jeremías fue llamado por Dios a vencer a sus adversarios; no se trataba de naciones extrañas, o de los antiguos pobladores paganos de la tierra prometida, sino de los reyes, autoridades, sacerdotes y demás ciudadanos de su propio país. Los más fieros ataques que recibiría el profeta serían lo que hoy se llama FUEGO AMIGO [ver Jeremías 1:17-19].
En la jerga militar se denomina fuego amigo a los disparos provenientes del propio bando.
He descubierto que hay promesas que aún no se han hecho una realidad en mí por que neciamente he abrazado a verdaderos enemigos, los cuales no encontré en la nueva vida que Dios me ha dado, sino que los he arrastrado por años, tales como: La pereza, la deslealtad y el desánimo.
El remedio que la Biblia ofrece para el combatir la pereza es abrazar la diligencia, en vez de la almohada. Dice la Escritura: «El indolente ni aun asará lo que ha cazado; Pero haber precioso del hombre es la diligencia» [Proverbios 12:27].
La palabra diligencia proviene del latín diligere. Se forma combinando dis [separar] legere [elegir, escoger], y se refiere a escoger una tarea por encima de todas las demás.
Evidentemente, la diligencia, es un asunto de elección personal. El perezoso no requiere saber qué es lo que debe hacer, sino tan sólo preferirlo sobre su comodidad, apatía, desinterés e irresponsabilidad.
REFLÉXIÓN: ¿Has visto a la hormiga? Sigue siendo ejemplo hoy de diligencia, como en los tiempos de Salomón.
Este artículo está basado en el mensaje: Conquistando tu territorio.
Lee y escucha el mensaje completo aquí.
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