Saturday, April 13, 2013

Alcanzando la Gloria de Dios

Alcanzando la Gloria de Dios
Edgar Medina D.

El Domingo de Ramos es una de las fechas más representativas de la vida de Jesús. Es justo el inicio de semana en que regresó a Jerusalén, fue aprendido, crucificado y volvió a la vida por la gracia y el poder de Dios, su padre.

Lucas 9:51 declara: «Cuando cumplió el tiempo en que él había de ser recibido arriba, afirmó su rostro para ir a Jerusalén» [RVR]. La versión Reina Valera Contemporánea lo expresa así:  «…así que resolvió con firmeza dirigirse a Jerusalén» [RVC].

Quienes quieren vivir para aquello por lo que nacieron tienen que alcanzar, sin titubear, la gloria de Dios en su vida. ¿Cómo hacerlo?

1. No te limites a los aplausos de algunos

«Cuando llegaron cerca del Monte de los Olivos y empezaron a bajar a Jerusalén, todos los seguidores de Jesús se alegraron mucho. Todos gritaban y alababan a Dios por los milagros que Jesús había hecho, y que ellos habían visto.» [Lucas 19:30 NTV]

Jesús se pudo haber visto tentado a no continuar el viaje a la cruz, pero no se conformó con los aplausos; perseveró para alcanzar la gloria de Dios.

2. No te atores con la crítica

«Entonces algunos fariseos dentro de la multitud le dijeron: 

Maestro, reprende a tus discípulos.» [Lucas 19:39 RVR]

+ Los fariseos eran la crítica especializada… cuidado con los manipuladores.

Actitudes de un manipulador 
1- Culpa a los demás en nombre del vínculo familiar, de la amistad, del amor, de la conciencia profesional, etc...
2- Traslada su responsabilidad a los demás o se desentiende de sus propias responsabilidades.
3- No comunica claramente sus demandas, necesidades, sentimientos y opiniones.
4- Responde muy a menudo de forma confusa.
5- Cambia de opinión, de comportamiento y de sentimientos según las personas o las situaciones.
6- Invoca razones lógicas para enmascarar sus demandas.
7- Hace creer a los demás que tienen que ser perfectos, que no deben cambiar nunca de opinión, que deben saberlo todo y responder inmediatamente a las demandas y preguntas.
8- Pone en duda las cualidades, la competencia y la personalidad de los demás; critica sin parecer que lo hace, desvaloriza y juzga.
9- Hace transmitir sus mensajes a otros o los comunica de forma indirecta (por teléfono en lugar de cara a cara, dejando notas escritas).
10- Siembra cizaña y suscita sospechas, divide para reinar mejor y puede provocar la ruptura de una pareja.
11- Sabe hacerse la víctima para que se le compadezca (enfermedad exagerada, entorno «difícil», sobrecarga de trabajo, entre otros).
12- Hace caso omiso de las demandas (aún cuando dice ocuparse de ellas)
13- Utiliza los principios morales de los demás para satisfacer sus necesidades (nociones de humanidad, caridad, racismo, «buena» o «mala» madre, entre otros)
14- Amenaza de forma encubierta o hace un chantaje abierto.
15- Cambia radicalmente de tema en el transcurso de una conversación.
16- Elude o rehuye las entrevistas y las reuniones.
17- Cuenta con la ignorancia de los demás y hace creer en su superioridad.
18- Miente.
19- Falsea los hechos para averiguar la verdad, deforma e interpreta.
20- Es egocéntrico.
21- Puede ser celoso aunque se trate de un pariente o un cónyuge.
22- No soporta la crítica y niega la evidencia.
23- No tiene en cuenta los derechos, las necesidades y los deseos de los demás.
24- Espera frecuentemente hasta el último momento para pedir, ordenar o hacer actuar a los demás.
25- Su discurso parece lógico o coherente, cuando sus actitudes, sus actos o su forma de vivir responden al esquema opuesto.
26- Utiliza halagos para gustarnos, nos hace regalos o tiene muchas atenciones con nosotros.
27- Produce un estado de malestar o una sensación de falta de libertad (trampa).
28- Es absolutamente eficaz para lograr sus propios fines, pero a costa de los demás.
29- Nos induce a hacer cosas que probablemente no haríamos por voluntad propia.
30- Es constantemente objeto de conversación entre personas que lo conocen, aunque no se encuentre presente.

+ Los fariseos estaban dentro de la multitud, muchas veces la crítica más artera vendrá de gente cercana.
Jesús no quedó atrapado por la crítica que recibió en su entrada triunfal a Jerusalén ni en ningún otro momento de su vida, él sabía quién era y cuál era su propósito: entonces declaró «…Os digo que si estos callasen las piedras clamarían». La crítica no logro detener su camino rumbo a la gloria de Dios.

3. No te conformes con las circunstancias

«Al acercarse a Jerusalén, Jesús vio la ciudad delante de él  y comenzó a llorar…» [Lucas 19:41 NTV]

Jesús entendía: 
+ Los que hoy lo aclamaban, en unos días pedirían su muerte. «…si conocieses lo que es para tu paz…»
+ Su 'alabanza' era mera superficialidad y ceguera. «…está encubierto de tus ojos…»
+ Que pronto [el 9 de abril del año 70], la ciudad sería sitiada por el ejército del emperador Flavio Tito. «…tus enemigos te rodearán…»
+ Que 5 meses más tarde la ciudad sería devastada, incluido el templo. «…no dejarán en ti piedra sobre piedra…»
+ ¿Y todo por qué? «…por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación.»

¿En dónde Jesús te está visitando, en dónde te está desafiando a que no te conformes?
• No te conformes con venir sólo los domingos
…búscalo cada día.

• No te conformes con el alcance de tus oraciones
…has que el cielo invada la tierra.

• No te conformes con tu visión de las cosas
…sus pensamientos son más altos que tus pensamientos.

• No te conformes con tus ofrendas
…Dios puede usarte mucho más. Ej. Sr. Shindler

• No te conformes con tus diezmos… “traed todos los diezmos…”
…trae tu diezmo y entusiasma a otros a darlos y Dios hará que sobreabunde.

• No te conformes con el impacto en tu familia, comunidad, escuela, empleo
…Dios aún quiere transformar el mundo.

Si Jesús se hubiera limitado al favor de los aplausos o se hubiera atorado con la crítica o se hubiera conformado con las circunstancias nunca hubiera habido un viernes de crucifixión, pero tampoco un domingo de resurrección. Nunca hubiera alcanzado la gloria de Dios, pues para eso había nacido.
Jesús estuvo dispuesto a pagar el alto precio de la muerte y del dolor, pero dice la escritura: «Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho» [Isaías 53:11 RVR]

Jesús declaró: «Porque yo vivo vosotros también viviréis», preguntemos: Porque yo vivo ¿qué?

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