Las hormigas, insectos muy pequeños que guardan comida en el verano, para tener suficiente en
el invierno. [Proverbios 30:25 TLA]
A mi familia y a mí nos encantan los gatos, varios
prácticamente se han convertido en miembros de la familia como Copo y Friducha,
que ya duermen en el ‘cielo de los gatos’, y al día de hoy Camila y Cachimba
son a los que servimos. Y digo ‘servimos’ porque hemos descubierto que para
ellos nosotros… ¡somos sus gatos!
Una gatita comenzó hace poco a merodear nuestro hogar, sin
espacio para más del clan felino optamos por negarle la entrada. Pero la gatita
persistió de manera incansable. Sin importar qué medidas tomáramos para
alejarla ella insistía. Poco después entendimos la razón de su aparente
terquedad, estaba preñada y a punto de dar a luz. Por lo flaca y desnutrida ni
cuenta nos habíamos dado de que ahí traía su «domingo siete», como decían las
abuelitas.
Quiero hacer notar lo siguiente, hay una diferencia entre la
terquedad y la determinación. La terca obstinación con la que muchas personas
se conducen es movida por lo que la
Biblia llama: Necedad. El necio es ignorante e imprudente,
egoísta y falto de razón, —nos dice el diccionario. En cambio el determinado es
resuelto, sabe tomar decisiones sabias y decisivas, es hábil para encontrar la
solución a un problema, es útil porque es parte de la solución y no del
problema. Es conciente de sus necesidades personales y también de quienes les
rodean, y sabe encontrar la puerta por la que la solución ingresa a la familia,
la empresa, la iglesia o un país por completo.
El hombre y la mujer determinados son una joya en cualquier
equipo de trabajo en el que están, son aquellos que sacan la ‘casta’, cuando
realmente se necesita.
Un reconocido líder de la comunidad en la que vivo, le
llamaré José, me comentó hace años acerca de lo decepcionado que se sentía de
sí mismo. Se trataba de un hombre sumamente culto y entrenado en las más
elevadas teorías del liderazgo, un excelente expositor del tema y un empresario
exitoso. Sin embargo, la causa de su malestar se debía a que había recibió la
llamada de otro hombre con el que trabajaba pidiendo su colaboración urgente;
un empleado suyo había muerto por accidente dentro de las instalaciones de la
empresa. José llegó de inmediato y sólo pudo ser un mudo testigo de lo que ocurría,
pues no supo qué decir, qué hacer o cómo ayudar. Más tarde reflexionó: ‘¿De qué
me sirve saber tanta teoría, si a la hora de la verdad no sé qué hacer?’.
Honestamente se requiere mucho para reconocer tal realidad,
pero, siempre será necesario observarnos ante la prueba de la turbulencia para
saber de qué estamos hechos. La misma presión que haría explotar a un débil
globo en mil pedazos, hará que un balón hecho de fuerte cuero saque lo mejor de
sí.
El proverbio del día dice: «Las hormigas, insectos muy
pequeños que guardan comida en el verano, para tener suficiente en el
invierno». Aunque a menudo pensamos en los animales e insectos como inferiores,
la Biblia los
usa mucho para ilustrarnos las cualidades que deberíamos desarrollar. La
hormiga destaca por su incansable manera de trabajar, lo sé bien, ¡pues tengo
unas dos millones en casa!
La hormiga, que trabaja en verano para que no le falte nada
en invierno es un estupendo ejemplo a imitar para tomar decisiones sabias en el
verano de hoy, para que la provisión, el carácter y cualquier cosa que
necesitemos en el invierno de mañana esté disponible.
» La determinación nos ayuda a resolver los asuntos de hoy
pensando en lo que es bueno para mañana.
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