Thursday, November 04, 2010

¡A la cárcel por alegres!

¡A la cárcel por alegres!
Por Edgar Medina D.

«En cambio, el Espíritu de Dios nos hace amar a los demás, estar siempre alegres y vivir en paz con todos. Nos hace ser pacientes y amables, y tratar bien a los demás, tener confianza en Dios, ser humildes, y saber controlar nuestros malos deseos. No hay ley que esté en contra de todo esto.»
Gálatas 5:22-23 TLA

Se ha dicho que «cada cabeza es un mundo» y no está nada fuera de la realidad esa frase; pues, si de maneras de pensar se trata no hay límite en el ser humano. Los valores y principios que rigen nuestras vidas parecen algo tan personal que no son pocos los que encuentran como intolerantes ataques a la libertad y dignidad personal el promover los principios bíblicos como una respuesta a las serias necesidades humanas.

Por años abracé también la idea de tener tal libertad, y opté por vivir conforme algunos valores —a mi juicio muy convenientes—. Los resultados no fueron, ni por mucho, los que yo esperaba. Reconozco que fui egoísta y afecté la vida de muchos de los que me rodeaban, especialmente la de mi esposa e hijos. Mi supuesta «libertad» se abría paso pisoteando la de otros, las cosas hoy ya no son como fueron, pero sigo lidiando con las cicatrices en sus corazones.

En cambio, San Pablo nos ofrece un listado muy peculiar de nueve atributos bajo el título de El fruto del Espíritu; cualidades que representan los valores y el carácter de Jesús. La parte final de su listado señala que contra tales cosas no hay ley.

Qué razón tiene, pues mientras mis propios «valores» me llevaron a agredir, cuartear la libertad de otros y meterme en serios problemas, más de una vez, los valores de Jesús generan vida y bendicen a otros. ¿Se imagina a algún gobierno persiguiendo a quienes cometan el delito de ser alegres, de amar al prójimo y reflejar paz en el rostro? ¿A quienes brinden su tiempo y esfuerzo a favor de otros?

No se requiere ser cristiano para reconocer que los principios que rigen la vida de Jesús son mejores que los nuestros. La tercera columna de la mentalidad real tiene como base los valores de Dios, pues sólo así, tendremos la capacidad de mantener en alto pensamientos conforme el carácter de Jesús y entonces, actuar en consecuencia, con la seguridad que brinda la justicia de Dios.

REFLEXIÓN» Piensa VIDA; pues naciste para vivir confiado bajo la sobra de las alas de altísimo Dios. Naciste para ser refugio y atalaya en tiempos turbulentos. Naciste para ondear la bandera de una nación más allá del sol y para caminar como embajador de ella en esta tierra.

MENSAJE: 5 de 9
SERIE: Las 7 columnas de la mentalidad REAL
SIGUIENTE: Esta consulta no causa honorarios

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