Actitud de adorador
Por Edgar Medina D.
«Todo lo que hagan, háganlo de buena gana, como si estuvieran sirviendo al Señor Jesucristo y no a la gente.»
Colosenses 3:23 TLA
La séptima columna de la mentalidad REAL está colocada sobre la base de la verdad de que Dios debe ser adorado en todo tiempo. Entiendo que esto puede escucharse muy ‘religioso’, pero, no hay nada que diste más de la verdad, ya que aquellos que asumimos como religiosos suelen relegar a Dios a una parte de su vida, usualmente la más pública, pero nada más. Jesús se refirió a este tipo de personas como ‘tumbas blanqueadas’, limpias por fuera, pero, llenas de muerte por dentro. [Ver Mateo 23:27]
De aquellos religiosos que tenían gestos caritativos hacia otros sólo por ser observados dijo: «…ya tienen su recompensa» [Mateo 6:5]. Sí, el elogio público.
Adorar a Dios en todo tiempo tampoco significa castrar nuestros sentimientos, reprimir nuestros pensamientos o atarnos a las cadenas de una vida sin pasión y sin sentido. Todo lo contrario, significa vivir la vida desde la perspectiva correcta; las alturas.
La actitud de adoración genuina trasciende los muros de un templo, se extiende de un momento del día al estado natural en que se vive. Rebasa el nivel de lo que ha sido dado como una orden y habita en la tierra de la entrega sin reservas.
Pensar todo lo excelente es la puerta que conduce a la habitación íntima del corazón de Dios. Es donde Él nos revela sus pensamientos, sus deseos, su pasión. Sólo así pueden nuestros ojos descubrir los desafíos que el Creador ha colocado en la cima del monte del servicio.
Servir en todo tiempo a Dios y a otros con excelencia es la única expresión posible que resulte de tal clase de pensamientos. Cada producto de nuestro esfuerzo y talento debe ser un acto deliberado de servicio, gratitud y adoración al Creador; cuando es así, llenará también el anhelo de aquellos con quienes hacemos el viaje de la vida.
Piensa VIDA, naciste para lo eterno, para lo incorruptible. Naciste para habitar una morada hecha de piedras preciosas. Naciste para crecer y ayudar a otros en su crecimiento. Naciste para tener fuertes raíces en la tierra fértil, para crecer tus tallos hacia el cielo y para dar fruto tan abundante que nutra la tierra que te vio nacer.
REFLEXIÓN: Sólo una vida consagrada a Dios es en verdad vida, a la luz de la eternidad.
MENSAJE: 9 de 9
SERIE: Las 7 columnas de la mentalidad REAL
Por Edgar Medina D.
«Todo lo que hagan, háganlo de buena gana, como si estuvieran sirviendo al Señor Jesucristo y no a la gente.»
Colosenses 3:23 TLA
La séptima columna de la mentalidad REAL está colocada sobre la base de la verdad de que Dios debe ser adorado en todo tiempo. Entiendo que esto puede escucharse muy ‘religioso’, pero, no hay nada que diste más de la verdad, ya que aquellos que asumimos como religiosos suelen relegar a Dios a una parte de su vida, usualmente la más pública, pero nada más. Jesús se refirió a este tipo de personas como ‘tumbas blanqueadas’, limpias por fuera, pero, llenas de muerte por dentro. [Ver Mateo 23:27]
De aquellos religiosos que tenían gestos caritativos hacia otros sólo por ser observados dijo: «…ya tienen su recompensa» [Mateo 6:5]. Sí, el elogio público.
Adorar a Dios en todo tiempo tampoco significa castrar nuestros sentimientos, reprimir nuestros pensamientos o atarnos a las cadenas de una vida sin pasión y sin sentido. Todo lo contrario, significa vivir la vida desde la perspectiva correcta; las alturas.
La actitud de adoración genuina trasciende los muros de un templo, se extiende de un momento del día al estado natural en que se vive. Rebasa el nivel de lo que ha sido dado como una orden y habita en la tierra de la entrega sin reservas.
Pensar todo lo excelente es la puerta que conduce a la habitación íntima del corazón de Dios. Es donde Él nos revela sus pensamientos, sus deseos, su pasión. Sólo así pueden nuestros ojos descubrir los desafíos que el Creador ha colocado en la cima del monte del servicio.
Servir en todo tiempo a Dios y a otros con excelencia es la única expresión posible que resulte de tal clase de pensamientos. Cada producto de nuestro esfuerzo y talento debe ser un acto deliberado de servicio, gratitud y adoración al Creador; cuando es así, llenará también el anhelo de aquellos con quienes hacemos el viaje de la vida.
Piensa VIDA, naciste para lo eterno, para lo incorruptible. Naciste para habitar una morada hecha de piedras preciosas. Naciste para crecer y ayudar a otros en su crecimiento. Naciste para tener fuertes raíces en la tierra fértil, para crecer tus tallos hacia el cielo y para dar fruto tan abundante que nutra la tierra que te vio nacer.
REFLEXIÓN: Sólo una vida consagrada a Dios es en verdad vida, a la luz de la eternidad.
MENSAJE: 9 de 9
SERIE: Las 7 columnas de la mentalidad REAL
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