Wednesday, February 09, 2011

Del corazón de Dios al corazón de una mujer 5

¡Nombre, que bárbaro!
Por Edgar Medina y Yessica Moreno

«Yo soy el buen pastor; el buen pastor su vida da por las ovejas. Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen…» [Juan 10:11,14 RVR]

Esperábamos el nacimiento de nuestro segundo bebé, sabíamos que en esta ocasión el cielo nos enviaba una hermosa princesa, así que preparamos todo para recibirla, una linda habitación con motivos en colores pastel y ropita que nos provocaba ternura y llenaba más de ilusión la espera. No tuvimos mucho problema en ponernos de acuerdo casi en todo, hasta que llegamos al punto de elegir el nombre de nuestra bebé.

Hicimos listas de opciones y apoyábamos nuestras propuestas con el significado de cada nombre e imprimíamos rótulos combinándolos con los apellidos de la familia, pero, el nombre ideal simplemente no llegaba.

El día en que finalmente lo elegimos, sorpresivamente no seleccionamos ninguno de los que parecían en las listas, ni de los que habíamos impreso. Ese día encontramos un nombre cuyo significado nos dejó impactados y con una inusual seguridad de que ese era el correcto; Leslie, mujer que habita en la fortaleza.

No sabíamos en ese momento, cuan significativo sería su nombre y significado para ella. Aún es pequeña, pero ha crecido sabiendo que nació para habitar en la fortaleza que Dios ofrece a aquellos que caminan en justicia y hablan lo recto [ver Isaías 33:15-17]. Nos impresiona verla elegir lo correcto sólo por saber quién es y para qué ha nacido.

Jesús usa muchas tarjetas de presentación, una de ellas le acredita como el Buen Pastor. San Juan escribió que «el pastor llama a cada una de sus ovejas por nombre, y ellas reconocen su voz. Luego el pastor las lleva fuera del corral, y cuando ya han salido todas, él va delante de ellas. Las ovejas siguen al pastor porque reconocen su voz» [Juan 10:3-5 TLA].

Cada mujer tiene en su corazón una genuina necesidad de sabe quién es y para qué ha nacido, la necesidad de conocer su verdadero nombre. Lamentablemente, muchas se han visto frustradas al no encontrar la respuesta a sus preguntas en las personas, en los logros y en los roles que han vivido. Pero hay una fuente segura a la cual acudir, el buen pastor. Quien tiene tu verdadero nombre a flor de labios y la entera disposición de liderar el rebaño al que te ha llamado.

Del corazón de Dios
Naciste para seguir mis pasos y escuchar mi voz. Sé tu nombre desde antes de que el mundo rodeara por vez primera al sol. Eres mi oveja y te guiaré hacia tu propósito. Eres relevante para mí y no tienes que hacer nada para demostrarlo, me cautivas.

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