Friday, March 08, 2013

Día 26 | Avanzando con determinación | Mantén el avance

Mantén el avance

¿En qué se parece el perezoso a la puerta? ¡En que los dos se mueven, pero ninguno avanza! [Proverbios 26:14 TLA]

Una de las ilustraciones más fantásticas de los beneficios de la perseverancia y la determinación se encuentra en la fábula de Esopo llamada «La Liebre y la Tortuga». La liebre, más ágil y veloz se excede en confianza deteniendo su marcha en varias ocasiones en la carrera que sostiene contra la lenta tortuga. En cambio su oponente, a pesar de las limitantes naturales que tiene continúa firme en su camino hasta lograr vencer sorpresivamente a la rápida liebre. Y Aunque conocemos bien la historia y la moraleja que de ahí se desprende no dejan de impresionarnos los que son más veloces que nosotros y quizá nos sintamos en franca desventaja en más alguna situación en la escuela, el trabajo, la familia, la iglesia, etc. Pero, ¿qué ha sido de los niños prodigio que sacaban las primeras notas en la escuela? Me supongo que habrá todo tipo de historias de lo que les deparó la vida; pero algo es cierto, la ventaja que pudieron haber tenido sobre los demás desapareció por completo si dejaron de lado la perseverancia.

La Biblia se refiere a los que no son determinados y perseverantes como perezosos. Las características comunes de alguien con esos rasgos son:

1. Normalmente no se cree perezoso. Es fácil distinguir a un perezoso cuando no se mueve ni en defensa propia, pero la falta de determinación genera en las personas los mismos avances en su vida aunque aparentemente trabajen a todo vapor… ninguno. El proverbio del día lo expresa de esta forma: «¿En qué se parece el perezoso a la puerta? ¡En que los dos se mueven, pero ninguno avanza!»

2. Elige siempre lo más cómodo. Son personas cuya mirada está puesta en las gratificaciones inmediatas, dejando de ver a mediano y largo plazo.

3. No valora la importancia del tiempo. Eso lo hace ser desconsiderado con el tiempo, el esfuerzo, las necesidades y la ayuda de los demás.

4. No termina lo que empieza. Su ánimo se desinfla más pronto que un globo.

5. Vive en un mundo de sueños. Es lo que se llama vulgarmente un zopilote estreñido —planea, pero no obra. Siempre te habla — e incluso con mucho entusiasmo— de lo que piensa hacer, pero en su historial no hay fruto que nos indique que logra lo que se propone.

6. Daña a quienes le rodean. Ese es un gran problema… termina su equipo o familia cargándole y asumiendo sus responsabilidades si es que cruzan la meta.

La determinación hace que nos enfoquemos correctamente en el avance, el progreso y la madurez, no en la actividad.

Un desafío personal en el que nos debemos enfocar, si es que queremos desarrollar en nosotros un carácter determinado, es evaluarnos no por las actividades que realicemos, ni por los títulos que poseamos, sino por el progreso sostenido en todas las áreas de nuestra vida.

» No llegamos a se determinados al madurar, maduramos al ser determinados.


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